Este año de nuevo a Nerja. Es que allí, la familia anfitriona, siempre se esmera para organizar todo, desde la sala del Consistorio del Ayuntamiento hasta el broche de oro: una paella compartida en familia.
Más allá de cuántos somos, siempre llegamos muy hondo. Al hablar de los sentimientos han salido vivencias y problemas de esos que uno solo trata con un muy buen amigo, con uno de mucha confianza.
Este año tuvimos la grata visita de Nuria y Tania, a quienes hacía mucho que no veíamos. Además de compartir nuestras vivencias, siempre resulta muy grato el afianzar los lazos de camaradería. Marineros del mismo barco, tenemos el mismo puerto por destino: la calidad de vida de nuestros hijos e hijas.